ABC Polinización


La polinización es el medio principal que utiliza una gran parte de las plantas para reproducirse. Los elementos genéticos femenino y masculino se mezclan y crean, potencialmente, una planta diferente. La polinización es, por lo tanto, la transferencia de polen proveniente del órgano masculino al órgano femenino, para fecundarlo.
Los estambres son la parte masculina de la flor. En ellos se encuentran las anteras, que contienen el polen. El pistilo es la parte femenina. Alberga el ovario, donde hay uno o varios óvulos. Cuando los óvulos son fecundados por el polen, se transforman en semillas y el ovario se desarrolla para formar, por ejemplo, en este caso, un pimentón. En la flor del rábano, el ovario se transforma en silicua, una vaina que contiene varias semillas.
Entre las plantas del huerto destinadas a la producción de semillas, existen diferentes tipos de flores. Una gran parte de ellas son hermafroditas, es decir, que contienen en la misma flor el órgano sexual masculino y el órgano sexual femenino. En el caso de algunas flores hermafroditas, la transferencia del polen se realiza en su interior. El órgano masculino libera el polen cuando el órgano femenino es receptivo. Se dice entonces que la flor es autofecunda y la planta autógama. Este es el caso, por ejemplo, de los frijoles, las lechugas o los tomates.
Sin embargo, hay plantas con flores hermafroditas en las que el órgano masculino solamente puede polinizar el órgano sexual femenino de otra flor. En ciertos casos, el órgano masculino solamente puede polinizar el órgano femenino de las flores de otra planta. Para estas plantas es necesaria, por lo tanto, la presencia de un polinizador exterior, que transportará el polen de una flor a otra, ya sea en la misma planta o en dos plantas diferentes. Se da, por ende, una polinización cruzada y las plantas se llaman alógamas.
Por otra parte están las flores unisexuadas, que contienen un sólo órgano sexual, ya sea el masculino o el femenino. La transferencia de polen se debe efectuar obligatoriamente entre dos flores diferentes, de la flor masculina a la flor femenina. La polinización también es cruzada y las plantas alógamas.
Las flores masculinas y femeninas también se pueden encontrar en la misma planta, como es el caso de los pepinos o del maíz. A veces, las flores masculinas o femeninas se encuentran en plantas diferentes. Es el caso de las espinacas, que son plantas que pueden presentar o flores masculinas o flores femeninas. Las espinacas son anemófilas, es decir, se polinizan gracias al viento.
Por lo tanto, hay dos modos de polinización: la autogamia, cuando la polinización puede darse dentro de la misma flor y la alogamia, cuando la polinización se efectúa gracias a vectores exteriores. Algunas plantas pueden combinar los dos modos de polinización. El tomate, por ejemplo, aún siendo típicamente autógamo, puede comportarse como alógamo ante ciertas condiciones climáticas. Efectivamente, cuando hace mucho calor, los órganos femeninos salen del cáliz y recogen el polen de otras flores. La lechuga, por su parte, es generalmente autógama, pero puede volverse alógama en un huerto visitado por gran cantidad y diversidad de insectos que liban las flores y transportan lejos el polen.
Las condiciones ambientales y la presencia de otras flores en el huerto o sus alrededores tendrán una influencia en la actividad de los insectos y por lo tanto, en la polinización de las flores de las plantas destinadas a la producción de semillas.

La polinización es el medio principal que utiliza una gran parte de las plantas para reproducirse. Los elementos genéticos femenino y masculino se mezclan y crean, potencialmente, una planta diferente. La polinización es, por lo tanto, la transferencia de polen proveniente del órgano masculino al órgano femenino, para fecundarlo.
Los estambres son la parte masculina de la flor. En ellos se encuentran las anteras, que contienen el polen. El pistilo es la parte femenina. Alberga el ovario, donde hay uno o varios óvulos. Cuando los óvulos son fecundados por el polen, se transforman en semillas y el ovario se desarrolla para formar, por ejemplo, en este caso, un pimentón. En la flor del rábano, el ovario se transforma en silicua, una vaina que contiene varias semillas.
Entre las plantas del huerto destinadas a la producción de semillas, existen diferentes tipos de flores. Una gran parte de ellas son hermafroditas, es decir, que contienen en la misma flor el órgano sexual masculino y el órgano sexual femenino. En el caso de algunas flores hermafroditas, la transferencia del polen se realiza en su interior. El órgano masculino libera el polen cuando el órgano femenino es receptivo. Se dice entonces que la flor es autofecunda y la planta autógama. Este es el caso, por ejemplo, de los frijoles, las lechugas o los tomates.
Sin embargo, hay plantas con flores hermafroditas en las que el órgano masculino solamente puede polinizar el órgano sexual femenino de otra flor. En ciertos casos, el órgano masculino solamente puede polinizar el órgano femenino de las flores de otra planta. Para estas plantas es necesaria, por lo tanto, la presencia de un polinizador exterior, que transportará el polen de una flor a otra, ya sea en la misma planta o en dos plantas diferentes. Se da, por ende, una polinización cruzada y las plantas se llaman alógamas.
Por otra parte están las flores unisexuadas, que contienen un sólo órgano sexual, ya sea el masculino o el femenino. La transferencia de polen se debe efectuar obligatoriamente entre dos flores diferentes, de la flor masculina a la flor femenina. La polinización también es cruzada y las plantas alógamas.
Las flores masculinas y femeninas también se pueden encontrar en la misma planta, como es el caso de los pepinos o del maíz. A veces, las flores masculinas o femeninas se encuentran en plantas diferentes. Es el caso de las espinacas, que son plantas que pueden presentar o flores masculinas o flores femeninas. Las espinacas son anemófilas, es decir, se polinizan gracias al viento.
Por lo tanto, hay dos modos de polinización: la autogamia, cuando la polinización puede darse dentro de la misma flor y la alogamia, cuando la polinización se efectúa gracias a vectores exteriores. Algunas plantas pueden combinar los dos modos de polinización. El tomate, por ejemplo, aún siendo típicamente autógamo, puede comportarse como alógamo ante ciertas condiciones climáticas. Efectivamente, cuando hace mucho calor, los órganos femeninos salen del cáliz y recogen el polen de otras flores. La lechuga, por su parte, es generalmente autógama, pero puede volverse alógama en un huerto visitado por gran cantidad y diversidad de insectos que liban las flores y transportan lejos el polen.
Las condiciones ambientales y la presencia de otras flores en el huerto o sus alrededores tendrán una influencia en la actividad de los insectos y por lo tanto, en la polinización de las flores de las plantas destinadas a la producción de semillas.

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